Karla nos cuenta su experiencia y cómo vivió la violencia de parte de su expareja y padre de su hijo.
Tenia 19 años, estudiante de medicina. Conocí a mi exesposo en la escuela de medicina, la historia parecía algo romántica. Estudiaba mucho y comía mal, así que mientras estaba en la biblioteca comencé a sentir un mareo y zaz!!! Que me desmayó. Caí en algo suave (eran sus manos, siempre tuvo manos suaves) y cuando abro mis ojos vi una cara amigable. Tenía una voz melodioso, no preste mucho atención a su físico. Cuando me recupere estaba rodeada de mis compañeros y le perdí la pista. Después al salir de la biblioteca lo encontré y hablamos un poco. Yo no sabía que él ya me había visto desde mucho antes y esa fue su oportunidad de oro. Mentiría si dijera que nunca me di cuenta de sus actos de celos, era posesivo y manipulador. Solo creo que pensaba que estaba bien en ese momento mi autoestima no estaba en su mejor momento y al final él ya era un médico titulado. Siempre algo en mi interior me decía, que no me atraía físicamente pero me conformaba. Me sentía afortunada de que un doctor estuviera interesado en mí, y además admiraba su carrera.
A veces me miento a mi misma pensando que nunca hubo señales de violencia, pero si las hubo. Alguna vez se puso muy alterado porque un ex novio me busco, nunca supe bien que paso solo se que si hubo un encuentro entre ellos y recuerdo ver esa mirada de odio en sus ojos como cuando me golpeaba.
Nos casamos porque me embaracé, generalmente era coito interrumpido pero esta vez decidió terminar aún cuando dije que no. Yo no quería tener al bebé pero me dijo que si no lo tenia me olvidaría completamente de él, en ese tiempo hace 16 años abortar era peligroso. No existía la pastilla del día siguiente y tuve mucho miedo de enfrentarme esa situación sola. Dentro de mí sabia que no era capaz, solo pensarlo parecía una solución a mi angustia y desesperación del momento. Hoy entiendo que mi vida no sería la misma si hubiera tomado otra decisión y mi hijo siempre ha sido todo esa energía positiva, alegría y fortaleza para seguir adelante.
Teníamos 1 mes de casados cuando comenzamos a vivir juntos, él era residente de cirugía general en León, Gto y yo me di de baja temporal de la carrera. Estaba embarazada de 5 meses cuando me golpeo por primera vez, fue en mi vientre. Comencé a tener dolores de amenaza de aborto, la discusión fue porque quería irme de regreso con mis papás. Él estaba 32 horas en hospital, cuando permanecía en casa siempre dormido al día siguiente 12 horas mas de trabajo y nuevamente la misma rutina. Él siempre dormía y yo me sentía sola, estuve deprimida mucho tiempo en ese momento no le puse ese nombre yo solo estaba encerrada en el cuarto y él cerraba la puerta de la casa con llave al salir porque según era muy peligroso que saliera en la zona que vivíamos. Siempre se aseguro de contarme todas las historias de asalto y lesiones de violencia que llegaban a urgencias para que yo supiera lo peligroso que era salir, más embarazada. Recuerdo haber salido por fin una vez al centro sola por primera vez cuando tenía ya casi los 8 meses. Cuando nació el bebé mi mamá vino a mi casa a cuidarme parecía la peor persona, tenia rabia contenida porque frente a ella no iba a golpearme claro. Lo mas importante era guardar las apariencia. Al principio siempre creí que eran peleas de pareja, yo justificaba el hecho, pensando que yo lo merecía porque cuando me agredía me defendía entonces por eso tenia derecho a golpearme porque si muchas veces le deje rasguños en su cara (razón por la cual prefería no ir a trabajar antes de que todos se enterarán). Estoy segura que los vecinos escuchaban, solo me veían con un poco de lástima, tenia 20 años pero parecía de 16. Una vez llego la policía. Al principio yo siempre me defendí por eso no creía que de verdad se tratará mas que de problemas de pareja. Me pregunto si quería levantar denuncia, que podían quedarse ahí mientras yo sacaba mis cosas, pero luego que? Yo no veía cual seria la ayuda después. Cuando sentía que no podía más me iba 2 semanas a casa de mis papás y como vivían en otro Estado no se veía raro que los visitará por largo tiempo. Si analizo la frecuencia con que sucedían estos actos era alrededor de cada semana. Pero la violencia fue aumentando. Al principio era una cachetada, insultos verbales, me dejaba la comida en la mesa (por supuesto que ni por equivocación cocinaba), después la violencia fue aumentando.
En una ocasión recuerdo me golpeo con el puño cerrado en el ojo, ya había pasado antes y me volví experta en maquillaje, solo que esta ocasión abrió una parte de mi ceja. Pues como era médico y hacia su residencia en cirugía pues él mismo me suturo. Era muy raro pensar que la misma persona que ocasiono mi herida, era quien en ese momento me realizaba la curación. Jamás jamás!!! Recibí un perdón o se acerco con arrepentimiento, siempre decía que si yo fuera buena con él, él no haría eso…. Que importante no? Te hace pensar que tu tienes el control de parar la situación, no hay cosa más errónea. Puedes tomar la decisión de irte, si, pero ese no era el mensaje. El mensaje era que si yo cambiará, él no me golpearía. Con el paso del tiempo me volví sumisa, cada que me golpeaba ya solo me hacia bolita y esperaba que terminará. Alguna vez me ahorco tan fuerte, que no pude comer nada durante 2 días, sólo tragar agua e incluso eso dolía. También recuerdo una ocasión que me golpeo con un cinturón, la razón un compañero de trabajo le robó una chamarra costosa que le regalo un paciente. Bueno pues yo lo pagué, esa vez no pude caminar bien durante semanas. Tenia un moretón sobre otro moretón. En ese momento ya sabía que tenia grandes problemas, ya había perdido la esperanza y creo que pensaba que era mejor ya esperar el último golpe en mi vida, muchas veces sentía tanta rabia y deseaba tener la fuerza para matarlo de verdad… pero pensaba en mi hijo y no quería esa historia para él. Sentía que ya no había salida, que lo mejor era morir. En medio de esta situación encontré una amiga que tenia exactamente el mismo problema que yo, su esposo era enfermero. En una reunión en su casa donde había ido solo de sorpresa llego mi exesposo, tomo mucho alcohol (ya habíamos discutido en casa), hizo muchos comentarios muy despectivos hacia las mujeres (hablaba de trabajo). Yo me sentí muy humillada, nos fuimos y en el camino discutimos. Me insulto y casi choca el coche con mi hijo atrás en ese entonces un bebé. Recuerdo que en mi desesperación de que me dejará manejar a mí le di una cachetada, así que me amenazaba que una vez llegando a la casa se las iba a pagar. Nunca tuve más miedo en mi vida, jamás me había golpeado borracho sentí que ese era el día y no… al momento no lo permití. Salí corriendo del coche, tomé a mi hijo muy rápido no me explico ni como lo quite del asiento para bebés, abrí la puerta y al introducir la llave él no podía meter su llave. Grito todo lo que pudo, golpeó la puerta pero como no abrí se fue, lo más importante era su imagen y no quería que todos se dieran cuenta. Algunos kilómetros después choco el coche, me hizo algunas llamadas por alguna razón me decía mamá súper borracho. Termino detenido y sus compañeros de trabajo que podían ayudarlo por los contactos que tenían, no quisieron hacerlo. Paso toda la noche en los separos. Me llamo para que fuera a pagar pero eso era todo el dinero que teníamos, estábamos con deudas que ni se imaginan, del coche que jamás pagamos una mensualidad y ahora ya ni servía. Decidí no ir, estaba muerta de miedo les confieso porque pensé que me mataría cuando volviera.
Cuando llegó entro directo a la habitación lloro y lloro. Se quebró por primera vez y así pasó un año en calma donde por fin no era feliz pero tampoco agredida físicamente.
Me fui a casa de mis papás por navidad, fue una larga temporada. Sentí mucho amor de ellos, él estaba molesto. Después supe que se trataba de trabajo. Pero una vez más descargo su ira conmigo. Todavía ni siquiera había entrado a la casa, resulto que por fin le entregaron el coche del taller después de 1 año, me subí para verlo y al estar arriba comenzó a decirme que estaba viendo mal el carro, que seguro estaba evaluando cuantos golpes le dejo él en el accidente. Total que se puso muy agresivo, estuvo golpeándome continuamente durante esa noche y el día siguiente. Me golpeo horrible con un cinturón no puedo recordarlo sin llorar y sentir como quemaba cada vez que tocaba mi piel, me jaló tan fuerte del cabello que me lo arrancó desde la raíz, me hizo limpiar con la lengua un refresco que mi hijo tiro, fue mucho maltrato esa vez como si estuviera pagando todo lo que debía de golpes de todo el año.
Tome las llaves de la casa como pude, logre quitarle el cinturón y le grite a mi hijo que para entonces tenía ya 4 años que abriera la puerta y corriera tan fuerte como pudiera, yo iré contigo. Logré seguirlo, corrimos hasta que no pudimos más. Estuvimos deambulando alrededor de la casa por varias horas, fui a la iglesia y aún recuerdo que intentaba acomodar mi pelo y veía como salía mechones completos de cabello. Me sentí tan mal conmigo misma y con mi hijo, me sentí culpable por hacerlo pasar por tanta angustia y miedo. Me arme de valor y fue la primera vez que les conté a mis papás lo que sucedía, les dije todo lo que había pasado. Hicimos un plan, llegaron a mi casa a las 2am, sacamos todo lo que pudimos para mí y el niño.
En los primeros 6 meses siempre me sentí dudando, tome terapia con una psicóloga de parte de gobierno no pague nada. Muy buena por cierto, recuerdo que una vez me pregunto ¿Por qué seguía con él? Recuerdo haber dicho… no era para tanto. Me dijo que sacará una carpeta y me pidió leer un artículo. Se trataba de una chica que fue a pedir la pensión alimenticia a su ex. Él la avienta contra el suelo, dentro de su taller mecánico, se golpea y muere. Me pregunto ¿Tu crees que ella pensó que también no era para tanto?.
Fue un proceso difícil emocional y legal (el último largo y frustrante), muchas veces pensé en regresar. Algunas veces él me llamo pidiendo que regresará. Afortunadamente estas crisis nunca coincidieron en los dos. Conocí también más a él como persona, pude ver más claramente su rechazo hacia mi nuestro hijo, fue un proceso difícil de superar.
Mi consejo para ti si estas en esta etapa es: No te juzgues tan duro, vívela y súfrela al máximo este es un proceso de sanación que definitivamente duele pero cicatriza…muy bien! A veces se siente el impulso de regresar, analízalo, piénsalo bien. Trata de descansar y aclara tu mente. Deja que pasen algunos días y vuélvete a preguntar si eso es lo que quieres. Creo que muchas veces nos sentimos culpables de tomar una decisión ya sea regresar o no. Culpables porque creemos que les negamos a nuestros hijos una familia, culpables porque si regresamos con ellos nadie mas nos ayudará nuevamente a salvarnos. Todos piensan que es nuestra culpa por volver con ellos, sin entender que es un proceso doloroso y quien más sufre en definitiva es la mujer que sufre el maltrato y sus hijos que se encuentran involuntariamente dentro de toda la situación.
Como deje mi carrera inconclusa, volví a estudiar con ayuda de mis papás. Lo demande por pensión alimenticia así que ese dinero me ayudo mucho. Estudie administración de empresas en la universidad, donde me dieron un apoyo por ser madre soltera. Después de 4 años y medio me gradúe por promedio, lo cual me da mucho orgullo. Mucho tiempo trabaje y estudie, cuide a mi hijo con mucho apoyo de mi familia y en el último año de escuela conocí a mi esposo. Mi hijo sólo vio a su padre los primeros 6 meses de separación, después ya no lo volvió a visitar. Al principio yo me preocupaba mucho porque lo frecuentará pero con terapia entendí que ese no era mi papel al igual que con los abuelos. Cuando tuve que hacer el trámite de pasaporte fue realmente difícil, asistió a una cita para sacar el documento y estaba parado al lado de mi hijo, ni siquiera se reconocieron, como dos extraños. Si le preguntan estoy segura que dirá que es por mí, que jamás lo volvió a ver porque no quiere tratar conmigo. Según él yo estoy loca, estoy enojada con él.. definitivamente si. Y creo que se vale, nadie entiende mejor este proceso que alguien que lo ha vivido. Mi hijo llama a mi esposo “mi papá”, se tratan como tal. Tenemos una hija y todos juntos vivimos en Alemania.
Me siento satisfecha de haber terminado esa relación, pero les confieso que es algo que jamás se olvida a veces duele menos, pero siempre duele (por mi dignidad perdida, porque a veces siento que para él jamás hubo un castigo ni una consecuencia de lo que me hizo). Hay que aprender a vivir con eso y disfrutar de los logros que uno cumple después.
Dejar de elegir relaciones tóxicas y hombres machistas para nosotras es un largo proceso, debemos preguntarnos constantemente si no estamos equivocadas con nuestro alrededor no solo de pareja sino hasta amistades. Les recomiendo mucho el libro “las mujeres que aman demasiado” me ayudo mucho para hacer un examen de conciencia.
Karla, 36 años
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